sábado, 30 de julio de 2011

Teoría del proceso oponente de la motivación

"Pero el zorro volvió a su idea:
- Mi vida es monótona. Cazo gallinas, los hombres me cazan. Todas las gallinas se parecen y todos los hombres se parecen. Me aburro, pues, un poco. Pero, si me domesticas, mi vida se llenará de sol [...]. Para mí el trigo es inútil. Los campos de trigo no me recuerdan nada. ¡Es bien triste! Pero tú tienes cabellos de oro. Cuando me hayas domesticado, ¡será maravilloso! El trigo dorado será un recuerdo de ti. Y amaré el ruido del viento en el trigo...
[...]
Así, el principito domesticó al zorro. Y cuando se acercó la hora de partida:
- ¡Ah...! - dijo el zorro - Voy a llorar.
- Tuya es la culpa. - dijo el principito - No deseaba hacerte mal, pero quisiste que te domesticara...
- Sí. - dijo el zorro.
- Pero ¡vas a llorar! - dijo el principito.
- Sí. - dijo el zorro.
- Entonces, no ganas nada.
- Gano, - dijo el zorro - por el color del trigo."


El principito




Me voy a servir de este ejemplo para explicar una teoría que podemos considerar como homesostática, es decir, los procesos que tienen lugar en ella tratan de mantener la estabilidad emocional.


Existen tres características comunes en las reacciones emocionales:


1) Todas las reacciones emocionales constan de dos fases (un proceso primario al que le sigue un proceso oponente):
En el ejemplo anterior, el proceso primario sería alegría. El principito "domesticó" al zorro, así que, en su presencia (en presencia del estímulo, en este caso del principito), estará contento.
Más tarde, el principito se tiene que marchar. Por tanto, en ausencia del estímulo se va a dar, en el zorro, la emoción opuesta.


2) La reacción primaria se debilita con la estimulación repetida:
En este caso tiene gran importancia la idea de habituación (la repetición continuada de un estímulo disminuye la respuesta que este elicita). En la primera presentación de un estímulo, el proceso primario se presentará sin su oponente, así que alcanzará su nivel más alto. Una vez que aparece el segundo proceso, este comienza a oponerse al primero.


3) El debilitamiento de la reacción primaria va acompañada de un postefecto:
Cuando el estímulo desaparece, el proceso primario se detiene, pero el oponente permanece por algún tiempo (en el caso anterior, sería tristeza). Además, el proceso oponente se va a fortalecer cada vez más con la repetición del estímulo, mientras que el proceso primario quedará inalterado. Esto hace que la reacción emocional primaria cada vez se presenté con una menor magnitud.




Esta teoría se ha estudiado sobre todo en el consumo de drogas. Un drogadicto intentará salir de ese estado de malestar que acaban produciendo las drogas (postefecto), y esto lo puede hacer de dos maneras: esperar un tiempo hasta que los efectos negativos se disipen (o pasar el "mono"), y otra manera es el consumo de más drogas. De esta segunda manera se disipan más rápidamente, pero entramos en un bucle infinito: el estímulo (droga) repetido va a fortalecer cada vez más sus postefectos (malestar) y a reducir su reacción primaria (por ejemplo, euforia). Esto explica por qué se necesita consumir más droga para conseguir los mismos efectos primarios.


Pero no os engañeis. El drogadicto no quiere consumir más drogas para conseguir ese estado de euforia, sino que consume más drogas para reducir el postefecto de malestar lo antes posible.

3 comentarios:

  1. Esta teoría siempre viene acompañada por la importancia del contexto donde transcurre la "habituación". Así que yo pensé: "si hago lo mismo muchas veces, me acabaré aburriendo. Pero si hago lo mismo pero en muchos sitios, siempre me será divertido".
    Estoy intentando probarlo empíricamente...

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  2. Es cierto que el contexto tiene una gran importancia. Pero recuerda que, aunque provoque una "deshabituación", la tasa de respuesta nunca volverá a alcanzar el nivel máximo que alcanzó en un principio. También hay que tener en cuenta la "sensibilización" que existe en el proceso opuesto, que no desaparece aunque el primario se habitúe.

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