Es lo que diría, quizás, en otro mundo. Pero estamos en el Planeta Tierra, donde tenemos el "privilegio" de convivir en una sociedad con unos valores tan pobres como efímeros, que aparenta ser y en realidad no es nada. Una sociedad formada por títeres que se dejan mangonear, donde las personas actúan incomprensiblemente, pues, muchas veces, ni siquiera sus palabras corresponden con lo que realmente hacen.
Entender por qué la gente actúa de este modo, lo fácil que puede ser influido un individuo, o cómo el comportamiento de una persona varía a lo largo de su pertenencia a diferentes grupos, es lo que tratará de explicar (además de otros tantos misterios de nuestra sociedad) la Psicología Social.
Quizás de esta introducción se desprenda algo de inconformismo. Pues sí, es lo que pienso transmitir. Porque cada vez entiendo menos a las personas. Somos un puñado de comportamientos inexplicables y contradictorios. Hoy, me gustaría dejar aquí expuesta una crítica hacia los prejuicios y estereotipos que inundan en nuestra sociedad, y que a veces son tan ilógicos como innecesarios.
Y qué decir acerca de los prejuicios y estereotipos. Bueno, en realidad, se pueden decir muchas cosas. Ante todo, todos sabemos que los estereotipos están ahí, son producto cultural y con ellos intentamos economizar nuestro tiempo (tan preciado para nosotros) y poder identificar así a un grupo de sujetos de una manera rápida, global, y que coincida con la identificación sobre ellos por parte del resto del grupo. Sin embargo, tampoco creo que utilizar estereotipos (sobremanera aquellos que intentan atribuir características negativas a un grupo de personas) sea lo más razonablemente humano, y si no conoces a la persona, abstente de realizar juicios sin juicio previo.
Así, por tanto, más grave es el caso de los prejuicios, que lleva a la discriminación. La discriminación es una de las conductas menos socialmente adaptativas que puedas realizar. Y yo me pregunto, ¿por qué se discriminan a ciertas personas? ¿Por qué no somos capaces de ver más allá de nuestro ego y comprender que todos, TODOS los seres humanos somos iguales? De verdad, me es indiferente tu color de piel. Me es indiferente tu forma de vestir. Me es indiferente tu acento o tu religión. Me es indiferente cualquier característica que te diferencie de mí, porque también es mi color de piel, mi forma de vestir o mi religión lo que hace que tú me veas diferente. La diferencia es muy relativa. Para ti yo puedo ser diferente, pero quizás tú para mí eres el diferente. Y el problema radica en que esta relatividad se maximiza y la balanza se desplaza hacia ciertos colectivos que por una incomprensible razón, creen que ellos NO son los diferentes, si no el resto. Y piensan esto, porque ellos son todos iguales. Igual de insensatos al juzgar al prójimo sin motivos.
Me encanta esmeee!!! ojalá todo el mundo pensase como tú.
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