No hay más honor que te dejen inaugurar la nueva temporada de este maravilloso blog con la coincidencia del curso académico universitario. Así que gracias a mis compañeros/as por el detalle.
El texto que vas a leer a continuación te ayudará a comprender como nuestro cerebro responde a estímulos externos e internos y adquiere la función de adaptarse a los diferentes medios en los que se encuentra el individuo.
Para ello, debes familiarizarte con el concepto de plasticidad nerviosa, es decir, la capacidad que tiene nuestro cerebro de cambiar el patrón de conexiones neuronales (sinapsis) para crear otras diferentes a las encontradas previamente en un momento del desarrollo. Esta sorprendente habilidad de nuestro cerebro permite almacenar la información para la posteridad. De ahí la expresión siguiente: nuestro cerebro es "plástico" y no rígido como muchos piensan.
Bien, esto tiene una relación importante con el aprendizaje. Pongamos un ejemplo: imagina que uno de nosotros viajamos en el tiempo y acabamos en el momento en el que nuestra supervivencia dependiera de la recolección y de la caza. Al cabo de unas semanas y como consecuencia de la experiencias vividas en este tiempo, nuestro cerebro ha ido cambiando con el objetivo de crear nuevas conductas que se ajusten a las necesidades del entorno. Por lo que los cambios en el cerebro son la consecuencia de la experiencia.
Además, el término de plasticidad cerebral se puede aplicar no solo al aprendizaje, sino también como una adaptación funcional para remediar los resultados de una lesión, siendo esta capacidad mayor durante los primeros años de vida. Ante una lesión, otras regiones cerebrales asumen la función de la zona dañada consiguiendo espectaculares recuperaciones. Un caso es el del miembro fantasma (la sensación de que un miembro amputado sigue conectado al cuerpo). Para entender este fenómeno, primero hay que saber que cada parte de nuestro cuerpo tiene su representación en la corteza cerebral tal y como se muestra en la imagen. Por ejemplo los labios ocupan al nivel cerebral un mayor espacio haciéndolos una de las partes más sensibles del cuerpo. Luego, si nos amputan la extremidad superior, el área cerebral encargado de dicha parte quedará inservible con lo que las áreas vecinas (como el área correspondiente del tronco) invadirán la zona inservible con lo que usa los efectos de otras partes del cuerpo (el tronco) para proyectar las sensaciones del miembro amputado.
Así pues, la plasticidad neuronal se ha transformado en uno de los temas más importantes que se estudia en Neurociencias y Psicología, un tema crucial para entender como funciona nuestro cerebro y sobre todo como las experiencias influyen a cambiarlo para crear nuevas conductas.
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